Carne orgánica

Una alimentación saludable es la base de la buena salud. Hoy en día nadie discute esta afirmación. Pero a la hora de elegir lo que comemos, muchas veces no nos damos cuenta que no basta con seguir un buen plan nutricional. La calidad de los alimentos también es importante para tener una nutrición adecuada y muchas veces no nos damos cuenta de lo dañinos que son algunos alimentos aparentemente inofensivos.

Elegir  alimentos de origen orgánico es dar un paso más en el intento de tener un plan nutricional balanceado y sano. En el caso de la carne, las malas condiciones en las que el ganado es criado, la alimentación poco natural y el abuso de antibióticos y hormonas para su engorde hacen que no sea tan buena para la salud como muchos parecen creer.

Para poder obtener un mayor rédito, muchos criadores de ganado recurren a métodos poco agradables. Los animales son criados en condiciones de confinamiento, es decir, en un mismo espacio (siempre pequeño) se crían una gran cantidad de animales. Para facilitar el engorde, la producción lechera y reducir el estrés y malestar de los animales debido a estas horribles condiciones se suele recurrir a todo tipo de medicamentos, muchos de ellos prohibidos.

Asimismo, se le dan todo tipo de antibióticos para acabar con las enfermedades que por las mismas condiciones de encierro suelen aparecer. Los animales son criados en espacios cerrados, no tienen la posibilidad de correr o ver la luz del sol y se los alimenta con piensos que poco tienen que ver con su alimentación natural. A través de la carne, recibimos todos estos medicamentos que fueron dados a los animales, siendo un verdadero riesgo para nuestra salud.

Por estas razones comenzó a buscarse un nuevo modelo de producción que pudiera brindar un producto saludable. Con la producción orgánica se recurre a una forma de producción que respeta a la naturaleza y las condiciones de vida del ganado. Se les proporciona a los animales las condiciones necesarias para desarrollarse naturalmente. Se les brinda una alimentación adecuada, sin recurrir a piensos sintéticos. Los animales se crían en libertad o, por lo menos, respetando la necesidad de espacio para moverse, caminar, estar al sol, etc. No se suministra medicamentos para facilitar el engorde ni la producción lechera, tampoco se recurren a técnicas artificiales de fecundación.

Para la cría orgánica es muy importante el manejo sanitario del ganado durante todo el proceso. Esta producción cuidada da como resultado un producto de excelencia, similar al que se obtendría con un sistema de crianza convencional. Los animales deben ser identificados con un tatuaje o algún tipo de caravana que acreditar la identidad. Cada uno deberá contar con sus datos sanitarios en una “historia clínica” del animal, donde consten los tratamientos veterinarios, potreros, alguna característica particular, etc. Esto permite certificar la calidad del animal.

Para llevar este control tan riguroso, se debe elaborar un plan sanitario personalizado, cuidándose la salud de cada animal y dando el tratamiento adecuado con fármacos permitidos (y se esperará el doble de tiempo al normalmente exigido antes de poder liberarlo a la venta), no se deben recurrir a las soluciones “globales”. Si por alguna circunstancia particular el animal debe ser tratado con medicamentos no admitidos perderá su certificación orgánica y será vendido como producto convencional.

La preparación del campo para la cría orgánica comienza desde antes de que lleguen los primeros animales. Debe prepararse el suelo y realizar la siembra de pasturas siguiendo los mismos principios que para la cría: se recurre a sistemas convencionales, se evitan los fertilizantes y químicos.

Los controles a los que los productores son sometidos durante todo el proceso de producción nos permiten conocer si los productos son realmente orgánicos. Es muy importante conocer qué entes regulan esta actividad y si los campos poseen certificación antes de comprar.

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