Nuevos estudios confirman el peligro de los alimentos transgénicos

Cada vez más gente está apostando por tomar solo alimentos  orgánicos o naturales, en el sentido de haber sido producido de manera ecológica, sin alterar el medio ambiente, lo que confiere a estos alimentos un mayor porcentaje de salubridad. En este sentido, los alimentos orgánicos están en el sitio opuesto a otro tipo de alimentos que también se están haciendo bastante populares hoy en día. Se trata de los transgénicos, vegetales y frutas en su mayoría, que han sido producidos utilizando algún tipo de herbicida, pesticida u otro producto para evitar su deterioro.

Estas frutas, verduras y vegetales presentan un aspecto increíblemente grande y «hermoso», por lo que son muy demandados por algunos clientes en fruterías y supermercados. Gracias a esos productos no naturales, estos alimentos tienen un mejor aspecto de cara al consumidor. Pero, ¿y su sabor? ¿y el peligro que engendra el haber crecido gracias a productos químicos? Estos productos, además de dañar el medio ambiente en los cultivos donde crecen los transgénicos, pueden ser muy peligrosos para el consumo humano.

Y eso es lo que vuelven a decirnos desde otros estudios realizados recientemente por expertos y profesionales de esta materia. Los alimentos transgénicos contienen cierta cantidad de productos químicos perniciosos para el ser humano. Sin embargo, al ser una porción muy pequeña, está permitido, ya que se piensa que no supone peligro alguno. Claro que si consumimos este tipo de productos de forma cotidiana, ese porcentaje pequeño se irá haciendo más y más grande, hasta poder afectarnos de forma irreversible.

Herbicidas y pesticidas son muy habituales en este tipo de cultivos, ya que sus dueños los rocían con ellos para evitar que algún agente externo dañe el fruto. Sin embargo, estas sustancias pueden ser perjudiciales para el ser humano, incluso en cantidades muy muy pequeñas. Ya se ha comprobado en otros animales, como además de matarlos con cierta dosis, en dosis más pequeñas producen cambiaos hormonales, fallos hepáticos o coronarios. Una razón más para apuntarse definitivamente a los productos orgánicos.

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