Tips para mantener un jardín orgánico
|Un jardín sustentable resulta una excelente forma de llevar una alimentación saludable y, al mismo de tiempo, cuidar el medio ambiente. Pero para mantenerlo en buen estado, es necesario conocer algunos tips básicos para su cuidado. Uno de los componentes esenciales de un jardín orgánico es el agua. Resulta indispensable contar con una fuente de agua de buena calidad, libre de químicos dañinos, pesticidas y otras toxinas. Aquí presentamos algunas ideas para regar un huerto orgánico de manera correcta:
1. Reciclar el agua de lluvia. El agua de lluvia resulta excelente para hidratar las plantas y permite reducir costos por pago de agua; además impide que el exceso de agua se infiltre en el suelo previniendo inundaciones y erosión. El agua de lluvia suele ser limpia, libre de subproductos como mineales, fluoruro y cloro, y con un pH bajo que favorece a las plantas y al suelo. Puede recolectarse usando cubetas, canalones, tuberías o cisternas.
2. Evitar usar aguas grises. Al reciclar el agua, hay que evitar usar aguas grises (agua de desecho domestico que proviene de fregaderos, máquinas de lavar y duchas) para regar plantas destinadas al consumo. Las aguas grises pueden contener fosfatos, nitrógeno y patógenos que pueden dañar la salud.
3. Usar una manguera de remojo. Ésta permite ahorrar tiempo y dinero; los rociadores desperdician agua debido a la evaporación, regar a mano puede llegar a ser tedioso y la irrigación por goteo es costosa. Con la primera opción, el agua se filtra a través de la manguera y riega directamente las raíces, manteniendo las hojas secas y previniendo con ello enfermedades.
4. Regar cuando el aire está fresco y hace poco viento. Lo más conveniente es regar el huerto cuando el aire y la tierra están más frescos; esto es usualmente en las mañanas tempranas, al atardecer o en la noche. De este modo, menos agua se perderá debido a la evaporación.
5. Regar profundo, aunque con menor frecuencia. Lo mejor es dirigir el agua a los sistemas de raíces en la base de la planta. Esto favorecerá que las plantas crezcan raíces más profundas, necesitando con ello menos riego. Un riego poco profundo provoca que las raíces crezcan cerca del suelo, volviéndolas más vulnerables a la sequía. Las plantas y la tierra en contenedores, sin embargo, requieren riegos más frecuentes, pues son más propensas a secarse.