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Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al elegir un régimen alimenticio para bajar esos kilos extra. Algunas dietas pueden ser incluso peligrosas, sobre todo si no se llevan a cabo bajo estricta supervisión médica. No olvidemos que para llevar una vida sana es necesario que consumamos alimentos de todos los grupos alimenticios para proporcionar a nuestro cuerpo los nutrientes suficientes para su correcto funcionamiento: vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas, etc.
Las dietas demasiado rigurosas pueden tener efectos contrarios a los deseados: pueden provocarnos severos daños en la salud y hacernos ganar más peso una vez que las hemos concluido. Por ello, lo mejor que puede hacer una mujer para alcanzar un peso estable es llevar hábitos alimenticios saludables. Sí, se requiere de disciplina y constancia, y de realizar ciertos sacrificios, pero los beneficios se verán reflejados en nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo. Al cabo de unos meses de comer saludablemente, nos iremos acostumbrando y lo haremos más fácilmente. Llegará un momento en que ni siquiera se nos antojará la comida chatarra, pues nuestro cuerpo ya no nos la pedirá.
Por supuesto, el mejor complemento de una dieta saludable es el ejercicio y los buenos hábitos. Tratemos de evitar sentir estrés, dejemos de fumar de una vez por todas, reduzcamos nuestro consumo de alcohol y, sobre todo, ¡relajémonos! Veremos cómo nuestro cuerpo se adapta a estas nuevas condiciones y alcanza ese peso que tanto habíamos deseado. No es cuestión de milagro; bajar de peso es cuestión de voluntad, disciplina y astucia.