Mijo, cereal energético

El  mijo es un cereal de semillas pequeñitas procedente de África. Tiene un ligero y agradable sabor a mantequilla, que se desprende aún más si se le tuesta un poco, y es altamente nutritivo.

Además de contener proteínas, este cereal contiene altas dosis de minerales, en especial magnesio y hierro. De hecho, los macrobióticos lo consideran el cereal más “yang”, o sea, el que más energía aporta al cuerpo.

Debido a esta cualidad, se recomienda ampliamente añadirlo al muesli del desayuno para obtener energías durante el día, o consumirlo en caso de sentir debilidad. Asimismo, resulta un excelente remedio para fortalecer la piel, el cabello, las uñas y los dientes. Otra ventaja de este cereal es que no contiene gluten, por lo que puede ser consumido sin problema por personas celíacas.

El mijo –que existe en tres variedades, la blanca, la negra y la dorada, ésta última la de mejor sabor- se come sin cáscara, por lo que no es necesario lavarlo y se cuece rápidamente. Es un excelente sustituto del arroz en algunos platillos. Su sabor delicado combina a la perfección con otros sabores más intensos.

Al comprar este cereal, es importante asegurarse de que provenga de una agricultura ecológica. De lo contrario, pueden hallarse restos de pesticidas y otras sustancias tóxicas en él, y éstas entrar en el organismo. Se cuece en el doble de agua por la cantidad de mijo, alrededor de 15 o minutos. Al cocerlo, es preferible usar sal marina y no sal yodatada.

Con el mijo también se hornean deliciosos panes de textura densa. Pueden asimismo elaborarse deliciosas ensaladas para el verano, así como guisos, ya sea con mijo solo o mezclado con otro cereal –va muy bien con la quinoa o el cuscús-, para días más fríos.

Hoy día, no es difícil encontrarlo: puede comprarse en tiendas de dietética o centros vegetarianos.