Café orgánico: una alternativa saludable

Hoy día, los productos orgánicos están de moda. Mucha gente se está dando cuenta de las ventajas que brinda su consumo: más nutrientes, un trato justo con los comerciantes y una producción que no daña el medio ambiente. Podemos encontrar muchos productos ecológicos, y cada encontraremos más si seguimos consumiéndolos. A mayor oferta, mayor demanda.

El café orgánico es un excelente ejemplo de los productos “bio”. Este grano se cultiva de manera sustentable, sin el uso de pesticidas o fertilizantes que dañan el suelo o pueden incluso entrar en nuestro organismo, causando muchos males. Quienes cosechan café orgánico lo hacen sólo con métodos naturales, respetuosos del entorno natural y, claro, de la salud humana. La producción de café orgánico es mucho menos contaminante que la de café convencional.

Beneficios

El café orgánico elimina la exposición a los insecticidas y químicos presentes en la agricultura moderna. Esto a su vez elimina el riesgo de padecer enfermedades y otros males como alergias y, según afirman muchos estudios científicos, incluso cáncer. Pensemos que, entre más natural sea lo que dejamos entrar a nuestro organismo, llevaremos una vida mucho más sana.

Pero el café orgánico no sólo conlleva beneficios para la salud: también asegura la protección de la biodiversidad. Los agroquímicos industriales erosionan el suelo; los orgánicos no lo dañan en absoluto. No se producen desechos tóxicos que contaminan los ríos y lagos y dañan la tierra.

Además, el término “orgánico” casi siempre se relaciona con una producción artesanal, más cuidadosa y por ende, de mejor calidad. Los conocedores dicen que el café orgánico tiene mejor consistencia, sabor y aroma. Los principales productores de café orgánico son México, Perú y Bolivia. Si realmente nos interesa el futuro del planeta, de nuestra salud y de la economía de los pequeños agricultores, apoyemos su consumo.