Flores comestibles orgánicas

 

Las  flores no sólo decoran los jardines y las macetas de los balcones. También pueden adornar los platillos, añadiéndoles un toque de color y un sutil aroma perfumado. Las flores comestibles son una larga tradición en países de Latinoamérica, Asia y Europa.

Es muy importante que las flores que vayamos a consumir sean orgánicas; es decir, que no hayan sido rociadas con agroquímicos o plaguicidas. De lo contrario, podrían ser una fuente de intoxicación (en esta liga pueden consultarse los síntomas por intoxicación de plaguicidas . Muchas flores comestibles hoy día son producidas mediante la hidroponía, un método de cultivo seguro para la salud.

Estas son algunas flores comestibles:

  • Rosas. Son ampliamente utilizadas en la cocina de Medio Oriente, así como en algunas zonas de Asia central y del sur. Su sabor recuerda al de las fresas o manzanas verdes. Son ricas en vitamina C. Las más oscuras tienen un sabor más intenso.
  • Capuchina o taco de reina. Tanto la flor como las hojas son comestibles. Tienen un sabor ligeramente picante, y son ideales para ensaladas.
  • Jazmín. Esta flor pequeña, al igual que el crisantemo y la flor de azahar, es parte de la tradición culinaria de la cocina asiática. También es empleada en tisanas.
  • Pensamiento (viola tricolor). Esta flor de color intenso es utilizada para decorar ensaladas, postres y helados.
  • Lavanda. Su sabor sutil es ideal para repostería; por ejemplo, pasteles o helados artesanales. La Dalia también es recomendada para la elaboración de postres.

 

Otras flores comestibles son la caléndula, el clavel, el geranio, la primavera, el tulipán, el girasol, las gladiolas, la mostaza, el hibisco… la lista es muy larga.

Hay que tener cuidado con las flores venenosas, por ejemplo: la azalea, hiedra, el iris, lirio o azucena.

El Café Ruta de la Seda es un proveedor de flores orgánicas en México.

En España, la empresa familiar Alba-Soldevila las comercializa.