Abonos naturales

 

Para  cuidar de un huerto propio, no es necesario emplear agroquímicos que dañan la tierra y la salud. Los fertilizantes naturales brindan beneficios mucho mayores y son igualmente efectivos que los industriales. Aquí presentamos algunos de ellos:

  • Composta derivada de excrementos animales y desechos vegetales. Por cada tres partes de residuos vegetales, mezclar una de estiércol.
  • Plantas. Las hojas viejas son una excelente fuente de alimento para la superficie de la tierra.
  • Restos de frutos caídos, cáscaras de huevo y demás comida orgánica. La cáscara de plátano es un excelente abono. Para absorber el mal olor, puede agregarse serrín.
  • Agua. Fundamental para la fertilidad del suelo. Hay que tener cuidado de no regar demasiado la tierra, pues el agua en exceso reduce la cantidad de aire que los microbios necesitan para vivir. El agua de cocción de las verduras, ya fría, contiene abundantes sales y minerales útiles para las plantas.
  • Humus. Proviene de los excrementos de la lombriz de tierra; por eso es recomendable depositar lombrices en nuestro cultivo.
  • Hojas de té.
  • Cenizas de leña. Contienen abundantes minerales.

Los restos naturales añadidos a la tierra deben removerse cada cierto tiempo para que la descomposición sea más rápida. Pueden introducirse en una caja o un recipiente cerrado, y airearse de vez en cuando, para ser arrojados a la tierra después de unos meses.

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